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Qué es la cultura de dieta

Se acerca el verano y comienzan a aparecer por todas partes anuncios de diferentes dietas milagrosas. Las redes sociales se llenan de usuarios dispuestos a contarte qué es lo último que han hecho para bajar de peso. Esto provoca un shock muy fuerte en nuestra mente y nos hace vivir constantemente bajo una cultura de la dieta que nos oprime y nos enferma cada vez más. Esto acaba llevándonos a pensar constantemente que comer ciertas cosas o hacer ciertas acciones es una dieta.

Aunque parezca paradójico, cualquier cosa se considera una dieta, incluso a comer sano ya lo es. Nos hemos maltratado tanto con la alimentación y hemos sufrido tanto las consecuencias que ahora vemos en consulta el miedo de los pacientes ante cualquier pauta. Desde psiconutrición Rompiendo Dietas, siempre abogamos por conseguir una relación saludable con todo tipo de alimentos, pero siendo conscientes de ello.

La cultura de dieta nos ha hecho opinar que llevar una alimentación basada en alimentos reales es estar a dieta, a la vez que nos castiga asociando nuestro cuerpo a la comida constantemente. Esto consigue que estemos siempre alterados y buscando limitar ciertas ingestas. Es muy peligroso, y por este motivo nuestro equipo holístico trabaja estos problemas desde un punto de vista psicológico y nutricional para no dejar nada fuera.

Características de la cultura de dieta

Es habitual encontrar esta serie de conductas en personas que tienen muy arraigada una mentalidad de dieta constante.

  • Pensamientos dicotómicos: están catalogando constantemente los alimentos como buenos, malos, permitidos, no permitidos, etc.
  • Recuento de calorías: conteo constante de calorías para saber la ingesta exacta.
  •  Gestión de la comida: evitar situaciones en las que la comida sea el centro de las interacciones.
  • Desconexión con el hambre: comer según un horario sin apreciar si tienen hambre o no.
  • Miedo a la falta de control: en los planes improvisados no entran permitidos por miedo a no saber lo que van a comer.

Como podemos observar, esta mentalidad de dieta hace que muchas personas caigan enfermas por el miedo que tienen a engordar. Es una constante manía que tenemos de calificar la comida o los alimentos como aptos o no aptos, como bueno o malos, como alimentos de dieta o comidas premio. Esto produce un enfrentamiento dicotómico mental que lleva al paciente a agobiarse cuando piensa que estará a dieta o que no podrá comer ciertos productos.

Consejos para tratar esta problemática

Creer que cualquier tipo de alimentación es estar a dieta nos ha hecho tener una mala relación con la comida. Si una persona come alimentos saludables, pensamos que está a dieta; si otra se come unas galletas en la merienda, pensamos que se está saltando la dieta. Este juego nos lleva a sufrir y a estar en una lucha mental constante.

Combatir este tipo de conceptos conlleva trabajo:

Reconstruye el concepto dieta

Transforma el concepto dieta: comer o dejar de comer ciertos alimentos no debe ser considerado una dieta. Optar por un estilo de vida en el que abunden alimentos saludables no debe ser concebido como una dieta. Ser más comprensivo y permisivo a la hora de elegir alimentos y dejar de relacionarlos con conseguir un objetivo en específico.

Reduce los objetivos estrictos

Evita marcar objetivos estrictos a corto o medio plazo; esto solo te hará buscar herramientas dañinas para poder alcanzarlos: dejar de comer o hacer demasiado ejercicio. Si lo prefieres, puedes marcarte metas pequeñas, como introducir más frutas en las meriendas, salir a pasear varias veces a la semana o reducir la ingesta de dulces comiendo primero un alimento rico en nutrientes.

Utiliza otro lenguaje

El lenguaje crea realidades; por lo tanto, dejar de utilizar categorizaciones constantes (clasificar los alimentos como buenos, comida de dieta, etc.) nos ayudará a desmitificar y a quitarle peso al asunto.

Desafía tu conducta alimentaria

Si te sientes muy restringido por tus propias medidas, desafíalas de forma consciente. Realiza otros planes alimenticios, introduce alimentos que hayas categorizado como malos, ya sean las patatas, la pasta o algunas frutas. Esto te ayudará a poder comer de forma más agradable y le irás perdiendo el miedo a la comida.

Aliméntate de forma consciente

Escucha a tu cuerpo, conoce qué tipo de alimentos pide y cuándo los pide. Déjate sentir el hambre y la saciedad como estados normales del día a día. Pregúntate por qué eliges unos alimentos o descartas otros y descubrirás un mundo nuevo de sabores.

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