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Propiedades de la avena

Hoy vamos a hablar de la avena, ese alimento que está tan de moda desde hace unos años y que se recomienda para todo. Es cierto que las propiedades de la avena son muchas, pero hay que desterrar de la mente la idea de los alimentos milagrosos o los superalimentos. En muchas ocasiones recibimos consultas en nuestra clínica de psiconutrición Huesca Rompiendo Dietas sobre si comer avena ayuda a adelgazar, si no engorda o si es tan magnífica como la pintan.

Como ya hemos hablado en muchas ocasiones, ningún alimento engorda ni adelgaza por sí mismo. La alimentación es un conjunto de acciones, y en función de las decisiones que tomemos obtendremos una serie de resultados u otros. Por ello, la avena es solo una pieza más dentro de este engranaje, aunque es cierto que es una buena pieza, saludable y con muchas propiedades.

La avena es un cereal muy completo y es uno de los pocos que no tienen gluten por sí mismos; por lo tanto, es apta (siempre que no haya contaminación cruzada). Es muy completa, dado que aporta una amplia cantidad de nutrientes y suele ser, para la mayoría, fácil de digerir. Esto último nos da una pista sobre cuándo es buen momento para consumirla: por ejemplo, antes o después de hacer deporte.

No es habitual que hablemos únicamente de un alimento, pero sus  propiedades y la cantidad de conflictos que hay alrededor de ella lo merecen. Como hemos comentado, los alimentos por sí no marcan la diferencia; por lo tanto, si la avena no te gusta, no la comas. Hay otros alimentos que te darán resultados similares y al menos podrás disfrutarlos y darles durabilidad a lo largo de tu vida.

Propiedades de la avena

Al contrario que algunos de sus familiares, como el trigo o la cebada, la avena es mucho más completa. Aunque es un carbohidrato, cuenta con una serie de beneficios que la hacen muy cómoda a la hora de comer, dado que en poco encontramos mucho.

Alta en proteínas

Aporta bastantes proteínas para ser un cereal: unos 2,4 gramos por cada 100. Es una proteína de alta calidad biológica, pues está formada de aminoácidos esenciales, lo que ayuda a su digestión.

Alto contenido energético

Su contenido en hidratos de carbono gira en torno al 60 % y en su mayor parte son de absorción lenta. Esto proporciona mayor sensación de saciedad después de comer, y va liberando energía de forma moderada pero constante durante todo el proceso de digestión. Por este motivo, es perfecta para desayunar, y aún más si luego vas a hacer ejercicio.

Alto contenido en fibra

La avena es el único cereal con fibras solubles e insolubles a la vez. Esto ayuda a mejorar los problemas de estreñimiento.

Rica en minerales y vitaminas

Las propiedades de la avena integral son muy altas, pues en una ración de 50 gramos de copos podemos encontrar fósforo, magnesio, hierro, vitamina B1, zinc, B3, B2, etc.

Altamente saciante

Al ser un cereal de absorción lenta y contener un alto porcentaje de fibra, es altamente saciante. De ahí su uso en dietas en las que se quiere bajar el índice de grasa, pues ayuda a mantener el apetito bajo control.

No es que comer avena adelgace, es que ayuda a mejorar la sensación de saciedad, lo cual reduce el picoteo entre horas y da energía para aguantar toda la mañana. Es clave mezclarla con otros alimentos saludables, como frutos secos o fruta.

Buenos polifenoles

Las avenantramidas son unos polifenoles que se encuentran en la avena y ayudan a regular la presión arterial. Si tienes tendencia a tener la tensión alta, incluir la avena en tu dieta habitual será un acierto, pues ayudará (junto con el tratamiento) a regular la tensión.

Cómo tomar avena

La avena puede tener un aspecto algo espartano, y en ocasiones nos encontramos con pacientes que no saben bien cómo prepararla o qué añadirle para que tenga un poco de gracia. Al contrario de lo que parece, la avena es muy agradable y se puede preparar con ella una amplia variedad de recetas: panes, tortitas, gachas o bizcochos.

Gachas

En función de tus necesidades, puedes prepararlas con base de leche, de agua o añadirle claras a la mezcla. Se pueden hacer en frío o en caliente:

  • Frías: en un recipiente con tapa, mezcla la cantidad de avena que necesites y cúbrela de leche y yogur. Puedes endulzarlas con unos pocos dátiles, plátano o algo de edulcorante. Déjalas en la nevera hasta la mañana siguiente, corrige el espesor y añádeles los toppings que prefieras (crema de avellanas, nueces, trocitos de chocolate, etc.).
  • Calientes: la misma técnica, pero en esta ocasión pon los líquidos en un cazo a fuego bajo, añade la avena y remueve hasta que esté hidratada y te guste la consistencia. Luego mézclalas con frutas, cremas o lo que prefieras.

Bizcocho/tortitas

Intenta buscar recetas en las que la harina de avena integral sea un elemento principal; las sustituciones siempre salen bien. La avena es un cereal muy dando que absorbe mucho líquido y puede quedarte seca si cambias una harina por otra.

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